lunes, 29 de octubre de 2012

EL TÚ Y YO DEL AMOR

Esta canción High (Alto) de Lighthouse Family, nos muestra una forma de valorar el vínculo, el tú y yo del amor.


Cuando estés a punto de llorar recuerda
Que todo esto pasará algún día
Y vamos a llegar muy alto
Aunque ahora todo esté más oscuro que en diciembre
Nuestro futuro tiene un color diferente
Un día llegaremos muy alto
Porque seremos por siempre
Tú y yo
Siempre me mantendrás
Volando alto en el cielo
Del amor
Cuando estés a punto de llorar
Recuerda que
Aún lo imposible es fácil
Cuando nos tenemos el uno al otro.

29 de ocubre de 1962

¡FELIZ ANIVERSARIO!

Hoy, hace cincuenta años que mi querida hermana Ana se vestía de blanco para acudir en coche de caballos a la Capilla del Santo Cáliz, en Valencia. Le esperaba en la puerta de la iglesia, luciendo el uniforme de Ingeniero de Minas, Fernando, su enamorado de por vida desde que un día, en el verano de 1960, la viera en la Plaza de Toros de La Coruña.

Nadie de los que estaban con él sabía quién era esa joven; y él quería de todas todas que se la presentasen; pues, era ese un requisito necesario para conocer oficialmente a una señorita de bien; ¡vamos! con la que se piensa en formar familia.

Por suerte, a tu lado estaba sentada nuestra prima Malú, hija del tío Pepe, (hermano de mamá), a ella la conocían porque residía en la ciudad; tú te habías convertido en "venideira" desde que nos trasladamos a Valencia, en el año 1955.

Una vez presentados oficialmente, comenzó lo que con gran gozo celebramos el pasado sábado 27 de octubre: el triunfo del AMOR.

Vuestros hijos y nietos, los hermanos y sus cónyuges, los sobrinos con los suyos:  todos, dimos cuenta de vuestra forma generosa de ¡HACER FAMILIA!

La jornada fue increscendo: desde el contundente ágape preparado con tanta delicadeza y afecto por Isabel, la esposa de vuestro hijo Jorge (mi ahijado), que abrieron las puertas de su casa para celebrar tan entrañable encuentro familiar; pasando por las cariñosas palabras que ahí escuchamos de cada uno de vuestros hijos y nietos, de vuestro agradecimiento a todos; irrumpió entonces la Tuna de Derecho (en recuerdo de nuestro padre), para hacernos recordar, cantar y bailar al son de melodías inmortales; de colofón, el vídeo familiar, obra magistralmente "currada" de vuestro primogénito Fernando, en cuyas escogidas imágenes se inmortaliza la grandeza de una familia unida desde la diversidad y en la adversidad.

Vuestros nietos mayores, Fernando y Jorge, dejaron claro que sois un ejemplo en la lucha, de fortaleza y empuje,...de sabiduría cuando uno más lo precisa: ¡NO TE PARES, SIGUE, TÚ PUEDES, LO VAS A CONSEGUIR!

Por todo ello...

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viernes, 26 de octubre de 2012

CUANDO TE SIENTAS CANSADO

Sigue avanzando... avanza cuando la adversidad acecha. 

Ángela es un miembro más de esta familia de resilientes.



jueves, 25 de octubre de 2012

RAFAEL

¡FELICIDADES: Rafael. Así le llama su esposa desde el comienzo de sus relaciones, y continua felízmente en ello.

Para los hermanos eres Rafa, el mayor de los cuatro: dos chicos y dos chicas, en ese orden.

Y para tu hermana pequeña puedo decir que te siento cercano desde la lejanía; desde que te fuiste a los 19 años para estudiar y luego trabajar lejos del hogar familiar.

En eso se diría que cumples con la tradición de los Rodríguez, iniciada en su día por el tío Rafael, hermano de nuestro padre, que dejó la casa familiar también a esa edad; si bien por motivos distintos que le llevaron a tierras sudamericanas.

Nuestro padre era como yo el pequeño de la familia, y el ver partir al hermano mayor cuando tu eres aún niño tiene algo de magia: no estás ahí pero estás. Papá te puso su nombre por esa fascinación del recuerdo que se hace vivo en el nombre de aquel que pervive en la memoria.

Y este en mi caso. Siempre recordaré el día en que hice mi primera comunión. Fuiste tú el que me acompañó junto a mamá, en representación de papa.

Era un dieciocho de agosto de 1958, en La Coruña, y nuestro padre estaba trabajando en Valencia, pues, la economía familiar no le permitía tomarse vacaciones; mamá había optado por celebrar ese día en nuestra ciudad natal por dos motivos principales: por que en aquella ciudad las comuniones parecían bodas, por los costosos festejos tradicionales, y por que en La Coruña mis padrinos, la tía Angelita y el tío Ramiro, se encagaron de reunirnos a los familiares en su casa para tomar el tradicional chocolate con churros, tras el preceptivo ayuno de 12 horas previo a la comunión.

Ya ves, hermano mayor, los pequeños detalles no se olvidan nunca.